sábado, 26 de noviembre de 2011

Canción para una araña mientras corre por su vida

Lancé una poesía al aire
que tu ruido no quiso escuchar.
Tuve que salir corriendo tras ellas
a las ya disueltas palabras
a las esparcidas por el viento.
Fue en vano mi perseguimiento
y es que fueron tantas
las verosímiles señoritas que vuelan en libertad
y que no volverán...


...y aunque la utopía nos tenga jodidos,
yo ciega a ella me seguiré arrimando.


Los sentimientos no deben ser libres
deben estar presos bajo el régimen recuerdo;
con cadenas que los aten;
con grilletes que los inmovilicen;
con tortura para que delaten;
con tinta;
con papel.


Algún día lograré vencer a ese enemigo
a ese inconquistable olvido:
ése quién arrebató mi nombre en ti
ése quién me saluda cuando le conviene.


Y esas perseguidas
efímeras palabras
puestas en libertad 
dieron giros por un momento.
Estas paredes pintadas de soledad
atestigua a quines vienen
pero que nunca están:
-"Ella está loca,
habla sola y
llora en silencio"-

Las hurañas
exiliadas de la memoria,
regaron cuanto objeto se topaban al girar
A mi pureza la echaron por el piso
y pasaron coleto con mi felicidad.
Conté con la esperanza que es tan pulcra
pero de esta reguera no me quiso limpiar.


*  *  *


Un viraje
comienza otra historia.

*  *  *


Todas las cosas giran.
Sin algún motivo,giran.
Como mis manos están girando ahora,
y estos rostros desconocidos que giran.
La leche y el vino giran
junto con mi cabello clavado que va girando.
Tu cama
gira
Tus pensamientos
giran.
Tus razones de ser
giran.
Tu recuerdo 
mi recuerdo 
giran.
Desde el amor hasta el odio
no paran de versar.
Y esta letanía 
tampoco va a parar.
El no sentir mareo significa que estamos girando
Y cuando el eje está en los imaginarios
los imaginarios se vuelcan girando.
Pero el recuerdo,
otra vez el recuerdo...


Es hermoso el recordar.
Yo recuerdo siempre
que el pasado se vuelve presente
y el presente es un recuerdo más.


No recuerdo en qué pasado perdí a tu presente.
Hace apenas un minuto 
te tenía en compañía
y dentro de un segundo 
vendrá mi soledad.
Pero te digo la verdad,
la culpa la tiene el azar.
Azar que detenta a la historia,
a él señálalo
y descártalo de tu memoria.
A él ignóralo 
y olvídalo,
Ahógalo de tu mutismo,
la laguna que da ecos a mi mente.
Se aprovechó del azul que tiñe mi cuerpo
para dar manchar a tu alma color rojo.
¡Qué sea ésta la última vez que le pida 
un libro de poesía 
a ese tal fulano azar!
*  *  *

Otra vez viene aquí un presente
como un recuerdo ya olvidado 
que se presagia lento y
tímidamente.

Era un sábado para domingo
y un domingo para viernes.
De viernes a ciudad estrecha
y de jueves a ciudad angosta.

Era un seis manchado en sábanas blancas
de aquel hotel transitado.

Con lazos de inocencia yo me hallé
atando dudas de no saber qué hacer.
Los lazos que te adornaron 
desde las palmeritas de tu miembro
hasta con el sonidito de tus zapatos gastados.

Yo me senté por un rato
para verte jugar
ser niño de nuevo
mientras tu ibas masturbando tu ausencia
esa tuya,
la desde hace años,
la ya cansada, 
la ya vieja.

Hubo un pensamiento,
estuvo mi infancia como pensamiento
y como miedo inesperado.
Pero sin buscarlo tan si quiera
allí estaba lo buscado.

Y es que el universo no ha parado de expandirse
y va girando y girando
como siempre girando,
alrededor de tu éxtasis del orgasmo,
entorno a mi vientre y a mis pies
con el corazón bailando.

Y gira y gira,
como el amor a la 
o los pecaminosos sueños que nunca se sabrán.

Gira lento, pero va girando,
como sentir alivio a corto plazo,
ése que estuvo allí en tu cuarto;
ése que estuvo aquí en mi cuarto:
mi tiempo y mi espacio ya no es tu universo.
Luisana Romero
(Junio
2011)

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