Por desatar ligaduras la vida se me escapó en un sueño
Luego despierta
tan sin vida
tan sin cuerpo
tan sin sueños
Al otro lado del jardín
tan sin vida,
tirada en deseos sin cuerpo
Tú dices mendigar, ¡ay jardinero!
que ni para abrir pétalos a mendigos yo
que ni para hambrientos de instintos que ni para el agua
harapientos de tiempos mueren de sed
los pétalos cayeron por un golpe de realidad mi flor que nunca vieron nacer
dentro del ramaje
Los que no conocen de mi inusual hermosura
lo oscuro del miedo, cuando los tallos son negros tierra infértil o están muertos
Luisana Romero
(diciembre 2011)
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